El encargo consistió en desarrollar el edificio para uno de los primeros Centros de Creación de Arte del país para la comuna de la Ligua. Éste se plantea como una fábrica, una sede donde los niños y adolescentes puedan desarrollar su creatividad, sus emociones y habilidades relacionadas con las sensaciones, el color, la música, la escultura, etc. Son espacios diseñados especialmente para generar experiencias y procesos creativos de aprendizaje para niños, niñas y jóvenes (NNJ) a través de laboratorios creativos y proyectos interdisciplinarios que convergen las artes, las ciencias, las tecnologías y la sustentabilidad.
Se emplaza al lado del terminal rodoviario, a muy pocos pasos de la Plaza de Armas en el centro de la ciudad, en un espacio urbano abandonado, luego del cierre de la estación de trenes, recuperando un terreno con alto valor simbólico e histórico. Rescata su vocación original, como lugar de equipamiento y espacio público para la comunidad, con un nuevo destino y una arquitectura que se piensa desde la articulación del edificio con el barrio, donde los límites entre lo público y el Centro se difuminan.
De volumen simple, el centro pretende ser un gran contenedor espacial en estructura de madera laminada a la vista, dejando en evidencia el potencial del material para salvar grandes luces y generar así este gran volumen envolvente e interconectado. Se desarrolla en un solo nivel propiciando la accesibilidad universal y la conexión con la ciudad. Su acceso principal es a través de una nueva plaza abierta, creando espacio público e incorporando un paso peatonal de accesibilidad universal que conecta la parte alta de La Ligua con el centro histórico, contribuyendo al mejoramiento de la conectividad y la calidad de vida de sus habitantes.