En 1872 el senador y empresario don Luis Pereira encargó al arquitecto francés Lucien Hénault el diseño de una mansión urbana para su familia. Hénault fue uno de los profesionales europeos traídos por el gobierno chileno de esa época para diseñar obras emblemáticas para las nuevas instituciones republicanas. Educado bajo el ala de Jean Nicolas Louis Durand, Henri Labrouste y Eugene Viollet le Duc, “capitanes” del racionalismo estructural y planimétrico francés, Henault llegó a Chile en 1856. Desarrolló un edificio de composición neoclásica y mantuvo la fachada continua, siguiendo la tradición local.
Sin embargo, tipológicamente incorporó nuevos usos y sistemas distributivos que abordaban una estratificación más intrincada y compleja de las relaciones sociales mientras que, al mismo tiempo, proporcionaba un adecuado telón de fondo a la vida cotidiana de las élites locales decimonónicas.
Un transcepto constituye el elemento principal de la planta, siendo el elemento que organiza y orienta los espacios más significativos de la planta baja, rematando en un patio que ocupaba la parte posterior del inmueble y separaba las áreas de servicio de las de uso familiar.