La escuela se plantea en base a un volumen compacto que nace desde su “patio” central, este espacio se define como un lugar de reunión que se proyecta a la comunidad, un espacio multiuso al que los programas del área de servicios y docencia de la escuela se vuelcan disminuyendo superficies de circulaciones y aumentando los m2 del espacio propuesto. Desde este punto el volumen toma su mayor altura saliendo a buscar la luz natural, una suerte de guiño a la ruca mapuche y su chimenea, en este caso la chimenea es reemplazada por una lucarna, fuego v/s Luz.

La importancia de este espacio radica en la multifuncionalidad de su programa, estableciendo a la escuela como un centro de reunión de la comunidad, el fogón es el espacio en si mismo. Los programas se ordenan en dos baterías que rodean el patio central techado, donde las áreas de servicios se emplazan en el sector mas protegido del terreno y el área docente, el patio central se define como un vacío por el cual se accede a la escuela y al patio exterior.

El proyecto tiene como objetivo redefinir la forma clásica de la arquitectura educacional – pública otorgando espacios interconectados con la capacidad de modificar y adaptar los programas según las necesidades específicas de la comunidad educativa.