Una primera consideración fue resolver que el Jardín Infantil no vulnerara a los vecinos y por otro lado que los niños no se desconcentraran de sus juegos y estudios con las edificaciones vecinas. La estrategia fue estructurar lo edificado hacia los bordes del terreno, liberando el patio de juegos en el centro, estructurando un sistema de salas de clases en torno a patios interiores que posibilitan espacios claramente definidos y que se articulan frente a los dos corredores que enmarcan el gran patio central.
El proyecto propone un recorrido a través de un pórtico compuesto por varios volúmenes claramente diferenciados. Un volumen cilíndrico, uno cuadrado, otros hacen referencia al rectángulo, a la diagonal, de manera que estando en el patio central, estos cuerpos comparecen y aparecen también la magnitud de lo grande y lo pequeño de lo cercano y lo lejano.
Se optó por un tono, por una materia. Vigas y columnas de pino laminado y muros de tablas de pino insigne. La geometría de los volúmenes está compuesta por formas básicas, fácilmente reconocibles por los niños (cubos, triángulos, cuadrados y cilindros de luz), privilegiando el uso de la luz vertical, diagonal y horizontal en cada uno de sus volúmenes.